Juicio Político

Hacia una cultura de paz / ¿Fin del Huachicoleo?

Esta actividad se ha convertido en una fuente de empleo e ingresos para varias comunidades. Recuerdo viajar por varias carreteras del país y observar puestos de venta de combustible en botellas de plástico, atendidos por niños y jóvenes. Incontables estrategias se han elaborado para “erradicar” este problema, pero tan sólo se ha conseguido reducir su incidencia. Hace unos días, finalmente, hubo un gran golpe a esta “industria”. García Harfuch indicó que, tras meses de trabajo de inteligencia, se pudo detener a los principales criminales que operaban esta actividad y desmantelar a los grupos delictivos vinculados. Se clausuraron tomas clandestinas, se confiscaron muebles, inmuebles, drogas y dinero.

Por increíble que suene, este operativo es un significativo acierto para Sheinbaum, pero también devela una contradicción vergonzosa a su mentor, AMLO. Este -cuando era presidente- presumió que el “huachicol” se había erradicado y que con ello se logró un ahorro de 342 mil millones de pesos, la misma cantidad que costó la refinería Dos Bocas. La estrategia de Claudia ha dado un giro estratégico y político más acertado que la intención de su antecesor. AMLO apeló al mito del redentor moral; Sheinbaum, a la modernización del Estado. Pobre Claudia, se le resquebraja la cara cada vez que intenta posicionar a AMLO y tapar sus mentiras.

A pesar de este gran golpe al “huachicol”, erradicarlo por completo -como aseguró López Obrador que sí hizo- será imposible, a menos que se corrijan todos los vicios estructurales que permiten que siga ocurriendo. La corrupción tanto en PEMEX como en todos los niveles de gobierno involucrados debe terminar. Erradicar la impunidad es clave, y ahora que el Poder Judicial pasó de estar mal a estar peor, será más difícil. Crear las condiciones económicas y de oportunidades laborales para que las personas dejen de involucrarse en esta actividad es fundamental. ¿Quién, estando en la pobreza, rechaza una buena cantidad de dinero -aunque sea ilegal- por un trabajo paupérrimo y tortuoso? Habrá quienes sí, pero el hambre es más canija.

Esta actividad es más que el simple robo de combustible: es una consecuencia de un país con desigualdad social, corrupción sistémica, pobreza, narcotráfico, falta de oportunidades e instituciones débiles e irrisorias. Como en los alcohólicos: la bebida no es el origen del problema, es la consecuencia. AMLO quiso detener una hemorragia con un curita; Sheinbaum, aunque con dificultad, trata de ir a la raíz y terminar no sólo con el síntoma.

Su éxito dependerá de la capacidad que tenga para enfrentar la corrupción, a los grupos criminales, a las condiciones sociales y a la pobreza. Quizá, y sólo quizá, por primera vez el combate al “huachicol” se traslade del discurso moral al control institucional. Los problemas estructurales de esta naturaleza tardan décadas en medio corregirse un poquito. Veremos que pasa.

 

Artículos Relacionados

Back to top button