Internacional

Así fue la Operación Martillo de Medianoche de EEUU a Irán

El ataque, ejecutado con precisión milimétrica, se concentró en tres instalaciones clave: Fordow, Natanz e Isfahán, ubicadas en distintos puntos del territorio iraní. Estas sedes son consideradas esenciales para el avance del programa nuclear de Irán.

La misión fue llevada a cabo por un contingente de más de 125 aeronaves, incluyendo siete bombarderos furtivos B-2 Spirit, escoltados por cazas tácticos, aviones cisterna y plataformas de vigilancia. También participó un submarino estadounidense que lanzó una decena de misiles Tomahawk hacia objetivos estratégicos en Isfahán.

De acuerdo con fuentes oficiales del Pentágono, los bombarderos B-2 partieron desde la base aérea de Whiteman, Missouri, en un operativo cuidadosamente planeado para evitar detección. Durante el vuelo, realizaron múltiples reabastecimientos en aire y emplearon señuelos tácticos para desviar la atención del sistema de defensa iraní.

La ofensiva incluyó el uso de al menos 14 bombas GBU-57, conocidas como “penetradoras de búnker”, capaces de destruir estructuras subterráneas de alta seguridad. Las autoridades estadounidenses han confirmado que la operación logró causar “daños severos” en las instalaciones iraníes, degradando su capacidad operativa de forma significativa.

El presidente de los Estados Unidos, así como altos mandos del Departamento de Defensa, señalaron que la misión fue diseñada para evitar bajas civiles y responder al avance nuclear de Irán, sin buscar una escalada militar en la región. Asimismo, recalcaron que cualquier intento de represalia por parte del régimen iraní o de sus aliados será respondido con contundencia.

La Operación Martillo de Medianoche marca un precedente en la estrategia militar estadounidense por el nivel de sigilo, tecnología empleada y coordinación interinstitucional, posicionándola como una de las acciones más complejas de las últimas décadas en Medio Oriente.

 

 

Artículos Relacionados

Back to top button