Mercado negro de gasolina y diésel

El mercado negro de gasolina y diésel es, en este momento, el verdadero problema que enfrentan los dueños de las estaciones de servicio porque según sus cuentas al menos 1 de cada 3, un 30% de la oferta nacional de combustibles, tiene un origen, un destino y un transporte absolutamente ilegal.
Es decir, lo que verdaderamente preocupa a los empresarios gasolineros es la construcción de este mercado negro que lo mismo se surte de importaciones fradulentas que de robo a las instalaciones de Pemex o de las terminales de almacenamiento privadas, de contrabando abierto de combustibles o de mezclas y es tanto el combustible que, de plano, ya construyó un mercado paralelo que incluso importa y mete tanques, bombas, estaciones de servicio completas y en algunos casos hasta permisos tiene.
Al día, en el mercado normalizado y regulado, con todas las de la ley, se venden 1.3 a 1.4 millones de barriles por día y eso implica que entre 400 y 450 mil barriles diarios se venden en un mercado paralelo así que detener un buque con 10 millones de litros, unos 60 mil barriles, es mínimo el daño al crimen organizado.
Lo que te cuentan los empresarios gasolineros es de miedo: la tolerancia para la importación -casi contrabando- de combustible de mala calidad, fuera de norma, sin especificaciones o de solventes que son usados para mezclar producto en las aduanas es enorme, por más que se diga que es una práctica combatida por la autoridad la realidad es otra, hay estaciones de autoservicio fuera del radar que pueden manejar enormes cantidades de combustible 20 o 40 mil litros de gasolina.
Hay pipas, por ejemplo, que compran la gasolina en Pemex y la entregan en una estación de servicio y luego rellenan el tanque con alcoholes o solventes para duplicar la cantidad de combustible, hay otros más aventados, rellenan sus pipas y duplican sus ventas, hay de todo, nos dice un gasolinero con más de 40 años en el negocio.
El problema de fondo es que a lo largo del sexenio pasado intentaron controlar el mercado al 100% y lo único que ocurrió es que crearon un mercado sombra con los permisos que ya había y no hay verificación posible, algunos autoconsumos ni permiso tienen, ni hay control sobre ellos y manejan 40 mil litros cada tercer día, ya sea porque lo venden al público más barato o porque termina en sus propios canales de consumo, puede ser el crimen organizado, pero también pueden ser empresas que lo mismo consumen gasolina del mercado legal que del mercado negro.
Se dice huachicol fiscal, pero en realidad es contrabando, ya no es solo la toma clandestina, ya es toda una organización completa que empieza en la frontera y se mueve por todo el país y ahora, a partir del combate al fentanilo, el crimen organizado notó que hay una enorme fortuna en el mercado ilegal de combustible, uno de cada tres litros proviene de ahí, en todo el país y está dirigido y protegido por autoridades.
Cerrar el mercado, controlar la competencia, cerrar el paso a nuevas marcas e inversiones más intentar regresar al monopolio de la distribución final y controlar el precio, control al que le quedan tres meses de vida, es demasiado para una economía como la mexicana ya que cada litro de gasolina comprado en el mercado legal tiene casi 7 pesos de IEPS mientras que el contrabandeado no tiene ese impuesto, de hecho, ahora mismo va casi un mes sin incentivos para el IEPS, se cobra completito.