La sentencia por narcotráfico del brazo derecho de Felipe Calderón
José Luis Contreras
El 20 de enero de 2023 y 24 de febrero de 2023, di seguimiento en estas mismas páginas de El Diario, del juicio seguido en Estados Unidos por narcotráfico y diversos delitos a quien fuera el máximo responsable de la seguridad pública en el país en el sexenio de Felipe Calderón, amigo de éste y su brazo derecho: Genaro García Luna, ex secretario de seguridad pública en México, responsable de la estrategia de seguridad de la guerra contra el narcotráfico que emprendió Calderón, y que cobró la vida de muchos inocentes, historia que conocemos perfectamente en Chihuahua y particularmente en Ciudad Juárez.
En aquellas fechas señalaba que el juicio había iniciado el 20 de enero de 2023, siendo hallado culpable el 21 de febrero de 2023 de los delitos de conspiración, por narcotráfico en distintas modalidades, por pertenecer a la delincuencia organizada, y por falsedad de declaración a autoridades de EU, y que únicamente estaba pendiente su sentencia, sentencia que finalmente se conoció el día de ayer emitida por un Juez de Estados Unidos, donde condenó a 38 años de prisión a dicho ex servidor público.
Como lo dije en aquellas fechas, Genaro García Luna fue el servidor público más poderoso con Calderón, incluso más poderoso que Calderón, por lo que ahora más que nunca sigue vigente la misma pregunta, ¿Y Calderón para cuándo?, porque es evidente que Calderón no sólo sabía de las actividades delictivas de su amigo, además lo sostenía a pesar de ello, pues en innumerables ocasiones le llevaron información de los nexos del narcotráfico y no sólo no hizo nada sino que tomó represalias contra sus denunciantes, como sucedió con el general del ejército Tomás Ángeles Dauahare, a quien le fabricaron delitos después de revelarle a Calderón los nexos con el narcotráfico de García Luna.
“Yo se lo advertí (a Calderón) porque ya había seis años (previos con señalamientos), los seis que estuvo en la Policía Judicial Federal primero, que después se convirtió en la AFI (Agencia Federal de Investigaciones), ya había una serie de comisión de delitos de parte de él. El 9 mayo de 2007 que le informé eso al presidente Felipe Calderón ya había el antecedente de seis años atrás, sí le advertí puntualmente” fueron las palabras del entonces subsecretario de la defensa que fue encarcelado injustamente y después liberado, por atreverse a acusar al amigo y ex poderoso servidor público de Calderón, como si se tratara de una escena de la película del Infierno, de Luis Estrada.
Por eso es increíble que ahora el expresidente Calderón siga negando que supiera de los nexos de su ex amigo (pues ahora lo niega), señalando que “Nunca tuve evidencia verificable que lo involucrara con actividades ilícitas”, lo que hacen que su cinismo no tenga límites, pues prefiere aceptar que era un “ciego” como presidente (por no poder usar la palabra adecuada), a aceptar que es un delincuente y cómplice de él.
Sin embargo, muchos chihuahuenses, y particularmente los juarenses, no olvidamos aquellos horrores de esa guerra simulada contra el narcotráfico de 2007 a 2012 que no era otra cosa que una guerra entre bandas del narcotráfico, en donde el gobierno mexicano encabezado por Felipe Calderón estaba en uno de los bandos como brazo armado, teniendo a la cabeza al exsecretario de seguridad pública del país, viviendo la pesadilla diaria de secuestros, extorsiones, robos a casa habitación con violencia, asesinatos (cometidos muchos de ellos por la entonces policía federal, ahora entendemos por qué), por la cual la ciudadanía juarense organizada exigió su salida.
Es lamentable y cobarde que el ex presidente Calderón siga negando lo obvio, mejor sería quedarse callado porque ofende con su cinismo a las cientos de familias, muchas de ellas chihuahuenses, que vivieron el luto de lo que él llamó “daños colaterales” de su guerra, y que no fue otra cosa que su excusa para delinquir y justificar su poder, ese poder que nunca tuvo porque su presidencia fue cuestionada desde su inicio por el fraude con el que llegó a la ocupar la silla.
Afortunadamente aquellos años parecen cada vez más lejanos, fue desaparecida la policía federal y la estrategia de seguridad pública no se basa en una guerra donde se pone al ciudadano en medio, sino que se ataca las causas sociales y se combate con fuerza y determinación por medio de la Guardia Nacional, que llegó a suplir a la Policía Federal con la disciplina y lealtad que tiene el ejército. Ya sólo falta que Calderón también pague por sus crímenes, ojalá y sea pronto.