Miscelánea

Así puedes limpiar sillones con bicarbonato

El truco combina ingredientes que se encuentran en casi cualquier cocina: bicarbonato de sodio, vinagre blanco, jabón líquido y agua tibia, junto con una herramienta poco convencional: una tapa de olla envuelta en un trapo o paño de microfibra.

Para preparar la mezcla, basta con llenar un recipiente hondo con agua tibia y añadir una cucharada de bicarbonato, un chorrito de vinagre blanco y unas gotas de jabón líquido. Esta fórmula actúa como desinfectante, desodorizante y removedor de manchas, sin dañar las fibras del tapizado. El bicarbonato neutraliza olores, el vinagre elimina bacterias y el jabón ayuda a desprender la suciedad acumulada.

Una vez lista la solución, se envuelve la tapa de olla con un trapo limpio o microfibra, asegurándola firmemente para evitar que se deslice. Esta herramienta permite aplicar una presión uniforme sobre la superficie del sillón, facilitando la limpieza sin esfuerzo. Con movimientos circulares y suaves, se logra una limpieza profunda, incluso en zonas de difícil acceso o con mayor desgaste.

El método resulta especialmente eficaz en sillones de tela, gamuza sintética o lino, aunque los expertos recomiendan probar primero en una zona discreta para evitar daños. Además de eliminar manchas, el procedimiento refresca el ambiente del hogar, eliminando olores provocados por mascotas, comida o humedad.

Tras la limpieza, se aconseja dejar secar el sillón al aire libre o en un espacio ventilado, evitando el uso de secadoras o la exposición directa al sol, que podrían alterar el color o la textura de la tela. En caso de manchas persistentes, el proceso puede repetirse al día siguiente, siempre con precaución.

Con este sencillo truco, los sillones recuperan su aspecto original y el hogar luce más fresco y acogedor, sin necesidad de recurrir a costosos productos o servicios de limpieza profesional.

 

 

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