8 de octubre: El corazón activo de la escuela en México

Cada 8 de octubre, México celebra a quienes enseñan mucho más que juegos y ejercicios. Se celebra a los educadores físicos, esos maestros que con silbato y energía logran algo que pocos consiguen: que el movimiento se convierta en aprendizaje, en salud y en alegría.
Un día con historia y propósito
El Día del Educador Físico se conmemora desde 1991 en nuestro país, en honor a la creación de la Escuela Nacional de Educación Física, fundada el 8 de octubre de 1936.
Desde entonces, esta fecha no solo recuerda el origen de una profesión, sino la evolución de un compromiso: formar cuerpos sanos, mentes fuertes y corazones solidarios.
El educador físico no es solo quien enseña a correr, saltar o lanzar. Es quien fomenta valores como el trabajo en equipo, la disciplina, la empatía y la resiliencia.
En un mundo donde el sedentarismo y las pantallas dominan, ellos son los guardianes del movimiento, los que devuelven a la infancia la esencia del juego y la convivencia.
Más allá del deporte Cada clase de educación física es, en realidad, una lección de vida. Ahí los niños aprenden a caer y levantarse, a respetar reglas, a reconocer sus límites y a superarlos.
Los educadores físicos son muchas veces los primeros en notar si un alumno está triste, si necesita apoyo o simplemente si requiere una palabra de ánimo.
Y aunque su labor ocurre entre canchas, patios o gimnasios, su impacto llega mucho más lejos: a la autoestima, la salud emocional y el bienestar general de toda una comunidad escolar.
Un reconocimiento merecido Hoy, más que nunca, la sociedad deberia reconocer el valor del profesor de educación física. Porque detrás de cada salto, cada carrera y cada juego, hay planeación, estudio, vocación y amor por enseñar.
A esos maestros que transforman el “¡corran!” en risas, el “¡formen equipos!” en unión y el “¡vamos, tú puedes!” en confianza…
Gracias por recordarnos que la educación también se construye con movimiento, pasión y compromiso (Profr. Omar Aguirre).