Juicio Político

Enfrentemos con responsabilidad y visión el cierre del área de carga del Puente Córdova-Américas

En Ciudad Juárez, donde el comercio exterior y la movilidad fronteriza representan el pulso diario de la vida económica y social, el cierre definitivo de las operaciones de carga en el Puente Internacional Córdova-Américas enciende una alerta que debemos atender con responsabilidad, estrategia y unidad. No es momento de lamentos, sino de soluciones.

Desde el 7 de enero, cuando se hizo pública esta decisión del gobierno de Estados Unidos, he asumido un papel activo como interlocutor entre autoridades federales, estatales, municipales y el sector privado. Inmediatamente entablé comunicación con las secretarías de Economía y de Relaciones Exteriores, advirtiendo sobre las afectaciones inminentes para Ciudad Juárez y toda la región Paso del Norte y proponiendo una ruta inmediata de trabajo coordinado.

El Puente Córdova-Américas es más que una infraestructura de cruce: es una arteria vital por donde transita aproximadamente el 25% del comercio de la región Paso del Norte. En él se mueve una diversidad de productos esenciales —desde alimentos perecederos hasta insumos industriales— que sostienen miles de empleos y una red de negocios interdependientes. Su cierre amenaza esa dinámica, por ello, ante tan inesperada noticia mi trabajo no ha cesado.

Este puente que nos vincula con la mayor economía del mundo es vital para la vida económica de Ciudad Juárez, de Chihuahua y del país entero. Las mercancías que transitan por aquí son claves para explicar la prosperidad que ha vivido el estado de Chihuahua en los últimos años. El movimiento de equipo, insumos y producto terminado aportaron al presupuesto de trabajadores, empresarios y gobiernos un poco más de 54 mil millones de pesos, en forma de salarios, utilidades y tributos equivalentes a casi el 4% de toda la riqueza generada en el estado de Chihuahua.

Previendo las consecuencias del cierre de su cierre, programada para octubre del año próximo, el 23 de mayo sostuve una reunión clave con el titular de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), Rafael Marín Mollinedo, a quien entregué un documento técnico que justifica la urgencia de modernizar y ampliar el cruce San Jerónimo-Santa Teresa, situado al norponiente de Juárez en la frontera con Nuevo México.

Con idéntico propósito, también entablé diálogo con autoridades de Nuevo México para impulsar propuestas coordinadas que garanticen la tan esperada modernización de este cruce fronterizo que, en el corto plazo, debe convertirse en el nuevo nodo logístico para absorber parte de la carga que dejará de cruzar por Córdova-Américas, pero eso será posible si se actúa con prontitud.

después, durante la Reunión Plenaria del Grupo Binacional México–Estados Unidos sobre Puentes y Cruces Internacionales, celebrada los días 9 y 10 de junio, fui el único senador mexicano presente. Participé, como legislador, como exportador y usuario habitual de los cruces fronterizos.

En ese foro internacional expuse con claridad: Juárez no puede ni debe enfrentar sola este desafío. La federación debe responder con inversión, atención y respeto al peso estratégico de nuestra frontera para la economía nacional.

Les comparto que, como mexicano, me dio mucho gusto ver que en otras fronteras hay inversión dirigida a la ampliación de diversos cruces fronterizos, como los de Baja California y Nuevo Léon; pero como juarense, me preocupa mucho que Ciudad Juárez, la ciudad que vive del comercio exterior, que junto con las ciudades d la Frontera Norte contribuye a la fortaleza de nuestras finanzas internacionales, mantenga puentes y cruces obsoletos e insuficientes, a los que de manera urgente les hace falta aumentar sus carriles de carga y pasajeros, para agilizar el cruce de mercancías y personas.

Los datos respaldan nuestra exigencia: en 2024, las aduanas mexicanas recaudaron en impuestos al comercio exterior un billón 208 mil millones de pesos. Solo las de la frontera norte contribuyeron con 401 mil millones, y las de Ciudad Juárez, en segundo lugar, por su importancia, aportaron 46 mil millones.

Si de 2018 a 2024 la tributación acumulada de la región fronteriza superó los siete billones y medio de pesos ¿Cómo justificar entonces que nuestros puentes sigan con infraestructura rezagada, iluminación deficiente, vialidades intransitables y personal insuficiente?

Aquí les comparto las medidas específicas que he estado impulsando, para mejorar tanto el paso de San Jerónimo, como el de Zaragoza-Ysleta y el de Guadalupe-Tornillo, situado en el Valle de Juárez, dentro del municipio de Guadalupe.

Ampliación de carriles y modernización integral del cruce San Jerónimo-Santa Teresa, en vecindad con el estado de Nuevo México, considerando que la magnitud de las cargas movilizadas precisa de áreas para mercancías sobredimensionadas, productos peligrosos y maquinaria industrial.

Flexibilizar el permiso para matrícula vehicular “transfer”, con el propósito de que los tráileres puedan transitar por las vialidades periféricas de Ciudad Juárez y de esa manera desplazar sus cargas a través del puente de Tornillo.

Con el fin de optimizar el flujo de carga y agilizar el tráfico urbano de Ciudad Juárez, desplazar hacia San Jerónimo las vías ferroviarias que actualmente atraviesan el centro de Juárez.

Realizar una modernización urgente a la infraestructura del Puente Zaragoza-Ysleta, que hoy sufre de saturación e inseguridad, a pesar de ser fundamental para más de 330 empresas maquiladoras que operan en la ciudad bajo el programa Industria Manufacturera, Maquiladora y de Servicios de Exportación (IMMEX).

Mejorar la vigilancia sobre las rutas que conducen al Puente Guadalupe-Tornillo, el cual a pesar de su reciente construcción aún carece de accesos adecuados y presenta riesgos de inseguridad.

En la ya mencionada reunión de alto nivel que tuvo efecto en la Cancillería mexicana, coincidí con representantes de los gobiernos de México y Estados Unidos, así como de los estados de Chihuahua, Nuevo León, Tamaulipas, Sonora, Baja California, Texas, Arizona, California, Nuevo México y representantes del cuerpo diplomático.

Durante la misma destacó el diálogo con el secretario de Seguridad Pública, Gilberto Loya, y el subsecretario de Desarrollo Económico, Fernando Alba. Nos une el objetivo de encontrar caminos que mantengan la eficiencia logística de la región. También he contado con el respaldo de mi equipo en el Senado, que incluye a la ex titular de la Aduana de Juárez, Deirdré Bazán, quien hoy funge como secretaria técnica de la Comisión de Asuntos de la Frontera Norte, y de mi suplente, el ingeniero Luis Mario Báeza.

Cabe recordar que la Presidenta de México, Dra. Claudia Sheinbaum, anunció que en septiembre enviará una iniciativa de reforma integral a la Ley Aduanera. Como senador, impulsaré que esta propuesta contemple modernizar la infraestructura, digitalizar los procesos aduanales, agilizar el tráfico comercial y una reducción drástica de los tiempos de espera que con frecuencia superan las veinte horas.

La Frontera Norte es el corazón de la integración económica de México con América del Norte, durante 2024 por sus aduanas cruzaron exportaciones e importaciones con un valor de 18 billones de pesos y no hay duda de que su futuro es promisorio y esencial para el desarrollo de todo México.

En Chihuahua, apoyados en una fuerza laboral talentosa y altamente calificada, con más de seis décadas de experiencia en las labores propias de empresas tan exigentes como lo son las de la industria de exportación, hemos organizado una región, por demás, dinámica y resiliente. Pero no podemos continuar solos. Se requiere voluntad política, recursos públicos bien dirigidos y una visión global.

El cierre del puente Córdova-Amércas representa un desafío de gran magnitud. Pero si trabajamos unidos puede convertirse en una oportunidad para modernizar nuestra frontera, fortalecer nuestras capacidades logísticas y construir un modelo de desarrollo que ponga a Juárez a la vanguardia del comercio internacional.

No olvidemos que en la Frontera Norte, por primera vez en nuestra historia, estamos construyendo un modelo de desarrollo nunca imaginado, que permite la prosperidad de grandes, medianas y pequeñas empresas y un trato cada vez más justo a sus trabajadores; pero también es cierto que su aporte a las finanzas públicas es tan valioso que mucho ha contribuida a mejorar las condiciones económicas y sociales de las regiones más pobres de México: en pocas palabras: también somos una región cabalmente solidaria, que en este momento, necesita de inversiones públicas, que hagan sustentable su prosperidad y por esa vía la de México entero.

Mi compromiso es seguir gestionando, proponiendo y defendiendo a nuestra comunidad. ¡Sigamos construyendo puentes que nos unan y nos aseguren un mañana más próspero, seguro y conectado!

Juan Carlos Loera de la Rosa / Analista

Fuente: Diario de Juárez

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