Aguas profundas / Los arrebatos de Trump en acero y aluminio

Como “injusta, insostenible e inconveniente” calificó el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, la decisión del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de incrementar de 25 a 50% los aranceles a las importaciones de acero y aluminio. Acto seguido tomó un vuelo a ver qué puede hacer.
En los hechos, Trump lo hizo otra vez, ahora bajo el argumento de dar un mayor apoyo a las industrias estadounidenses para reducir o de plano eliminar la amenaza a la seguridad nacional que representan las importaciones de acero, aluminio y sus derivados, según explica la orden ejecutiva, si hacemos caso a lo que nos cuentan de este lado la medida no fue consensuada con nadie, sino con su círculo cercano.
Hay quienes dicen que se trata de un nuevo arrebato, y puede que tengan razón, pero le pega de lleno principalmente a las industrias de la construcción, automotriz, metalmecánica y electrónica, de ambos países.
Ebrard insiste que esta medida “no tiene sentido”, pues la propia Canacero ha dicho que “la mejor solución para combatir la sobrecapacidad global de acero y las prácticas desleales de comercio es trabajar coordinadamente como región” e insistió en que “el acero mexicano no representa una amenaza para el mercado estadounidense”.
La Canacero también señaló que Estados Unidos mantiene con México un superávit de comercio bilateral de acero de 4 mil millones de dólares en productos terminados, que aumentará este año con la caída de las exportaciones de nuestro país, las cuales disminuyeron en un 50%. Otro dato es que alrededor del 32% de las importaciones de productos terminados de acero de México en 2023 provino de Estados Unidos.
A pesar de lo que se pueda decir desde este lado de la frontera, ya sabemos que para el presidente estadounidense no hay razón que valga cuando de imponer su criterio se trata. Si bien Ebrard ha hecho su chamba intentando evitar el 25% arancelario de febrero pasado, parece que nos seguirán apedreando el rancho y el secretario seguirá sosteniendo reuniones de trabajo en Washington para apaciguar los ánimos.
Por lo pronto, estaremos atentos a las medidas urgentes que la propia Secretaría de Economía pondrá en marcha para contener los daños que causa esta medida. Habrá que tener confianza, pues, paso a paso, México ha logrado revertir imposiciones, por ejemplo, en el sector automotriz. Veremos.
A cielo abierto
1.-Y hablando de las exportaciones resulta que ahora los acereros mexicanos se someterán al Aviso Automático de Exportación de la Secretaría de Economía, un trámite que en los hechos le pega directamente a la competitividad de la industria ya que tardarán hasta 10 días hábiles en conseguirlos además de que afecta a las cadenas de suministro y de logística del sector, más aún, las dos industrias más afectadas, clientes de las empresas mexicanas, son la automotriz y la electrónica, muy importantes en el balance comercial. Los empresarios se quejaron en todos los tonos, grillaron y tocaron puertas, y lo único que consiguieron es que la medida en lugar de imponerse desde el pasado 4 de junio, como estaba previsto, lo hagan a partir del 7 de julio, lo que es una locura porque son 30 fracciones arancelarias las afectadas, que representan unos 150 mil millones de dólares al año, que en su mayoría termina en Estados Unidos, y, según se sabe, además, no hay personal en la dependencia que esté preparado para todo este cambio.