Juicio Político

Por qué la policía no puede entrar a tu casa ni revisar tu carro

“Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento (…)”.

Es la primera parte del primer párrafo del artículo 16 de nuestra Constitución Federal que todo abogada y abogado conoce, que desde sus primeras clases de la carrera los profesores les recitan y explican (los que lo hacen), siendo el texto base de la protección a nuestros derechos humanos contra los actos arbitrarios de la autoridad. Es el fundamento de la legalidad en el actuar de toda y todo servidor público que realiza un acto de molestia contra cualquier persona en nuestro país.

Sin embargo, en nuestro Estado, y particularmente en Juárez, acostumbrados desde Calderón a los abusos policiacos y arbitrarios, bajo la justificación del “combate” a la delincuencia, las policías del Estado, de los tres niveles de gobierno, diariamente cometen violaciones a los derechos humanos con las llamadas “revisión de rutina” a nuestros vehículos, nuestra persona y el ingreso a los domicilios.

También jugamos nuestra parte los ciudadanos en permitir esta violación a nuestros derechos humanos al normalizar este tipo de situaciones, permitirlas, y no exigir que pare esta práctica, por supuesto no más que los mandos policiacos, los cuales saben que este tipo de actuaciones es recurrente en sus “elementos”.

Y tan sabe la autoridad que está mal, que en mis diez años en los que me dediqué a la procuración de justicia acudiendo a audiencias orales penales a defender a víctimas de delitos, era la autoridad policiaca la que muchas veces echaba a perder los asuntos, en las audiencias iniciales y de juicio oral, cuando quedaba evidenciados en cómo mentían en los partes policiacos para “justificar” su actuación.

Entonces, no existe justificación alguna para que una autoridad policiaca ingrese a nuestro domicilio o a nuestro patio siquiera, si no es para interrumpir que se esté cometiendo un delito en el domicilio en el momento (si ya terminó de ejecutarse un delito no pueden ingresar, a menos que sea con permiso de quien vive ahí dejándolo asentado), ingresar para ayudar a alguien en riesgo o en peligro inminente, o por medio de una orden de cateo otorgada por un juez competente. Ni siquiera bajo el pretexto de que quien vive ahí es un delincuente, porque para eso existen las órdenes de cateo con fines de detención, que son otorgadas por los jueces.

Lo mismo en la revisión de nuestros vehículos que diariamente realiza la autoridad policiaca bajo el pretexto de “actitud sospechosa” o la investigación de un delito, porque todo lo hallado no serviría como prueba en caso de hallar algo.

Cuando les decía esto a los aspirantes a policías, de los tres niveles de gobierno, y policías en funciones, aparentaban desconocimiento y sorpresa, y cuestionaban el por qué, y decían que las leyes parece que fueron hechas para favorecer a los delincuentes y que por eso había tanto delito, por los derechos humanos, a lo que invariablemente les respondía que no era una protección contra los delincuentes sino contra la ciudadanía de bien, que somos casi la totalidad, y no podemos estar sujetos a arbitrariedades bajo la justificación de la delincuencia.

Que era una protección para ellos mismos y su familia, el actuar bajo legalidad y el Estado de Derecho de todas nuestras autoridades, por tener el uso de la fuerza pública coercitiva, donde la ciudadanía no puede estar sujeta al criterio de la autoridad, y que por eso todo actuar de ellos debe estar justificado legalmente, porque para la autoridad todo lo que no está permitido está prohibido. Es una garantía de que nuestra hermana, madre, amiga, nuestros hijos, familia y seres queridos no serán molestados en la calle por la autoridad, si no han infringido la ley o sus reglamentos.

Este tema lo traigo a colación debido a los recientes casos donde han sido exhibidos policías de la Ciudad de Chihuahua y Juárez, en videograbaciones ingresando a domicilios evidenciando no sólo un actuar errático sino violatorio de derechos humanos.

Y tan la autoridad lo sabe que jamás usted verá un parte informativo que detuvieron a una persona o localizaron algo ilícito allanando el domicilio o revisando el vehículo en revisión de rutina, actitud sospechosa o porque investigan un delito, pues siempre lo justifican señalando que sorprendieron a la persona cometiendo un delito o una falta administrativa, o poniendo en riesgo la integridad de terceros y “casualmente” encontraron “algo”.

Ante el aumento, cada vez mayor, de abusos policiacos y detenciones arbitrarias o de inocentes, debería ser obligatorio que la actuación policial quede videograbada y sea exigible aportarse, en caso de solicitarlo una persona para defenderse de una acusación falsa o denunciar una agresión o abuso policiaco, porque no sólo me consta que esto ha sido recurrente, también he ayudado a personas inocentes víctimas del abuso policiaco.

El tema aquí es el abuso policiaco contra las personas de bien e inocentes, y por lo cual hay que garantizar que no se cometan arbitrariedades, con una actuación profesional y seria de la policía, como muchas y muchos agentes que conozco, respeto y me ha tocado atestiguar su buen desempeño, respetando los derechos humanos, lo cual garantizará que los culpables de algún delito o afectación a la sociedad o algunas personas, sean sancionados, evitando chivos expiatorios que sólo aumentan las “injusticias”.

José Luis Contreras Cruz / Analista

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