La contaminación no respeta fronteras

“El problema es severo porque la dimensión de la frontera limita mucho el actuar de nuestras autoridades ambientales, así como de los marcos legales para revertir la apremiante contaminación”
El pasado martes, entre los muchos acontecimientos que caracterizan a esta dinámica frontera, llamó la atención uno que sucedió en El Paso. La refinería de la hermana ciudad hizo una quema impresionante de gases que podía vislumbrarse en ambas ciudades y que alarmó tanto a juarenses como paseños por los grandes volúmenes de contaminación que se representaban en densas nubes de color negro y que se acumulaban en el cielo fronterizo, llevándonos a pensar en el peor de los siniestros.
Tiempo después la refinería emitió un comunicado donde argumentó la quema de gases como controlada, además de necesaria para evitar un malfuncionamiento en sus instalaciones y, aunque esto deja tranquilo a más de una docena, la verdad es que nada quita que esas nubes negras llenas de contaminación agraven la ya de por sí pésima calidad del aire y tampoco quita que muchas de esas nubes cruzaran la frontera a Juárez por los vientos sostenidos de la zona.
Estos fenómenos de contaminación y frontera son más comunes de lo que creemos, basta recordar a la controversial ASARCO que sin poner un pie en la frontera causó daños severos en la salud de los juarenses de las colonias Anapra y Felipe Ángeles. La gran cantidad de aguas residuales que se internaron en el Río Bravo hacia México por una ruptura de tubería de drenaje y los constantes incendios del relleno sanitario local inundaron el cielo juarense y paseño de una preocupante cantidad de contaminación.
El problema es severo porque la dimensión de la frontera limita mucho el actuar de nuestras autoridades ambientales, así como de los marcos legales para revertir la apremiante contaminación que no respeta límites fronterizos, aunque queramos hacer esfuerzos titánicos para mejorar nuestras condiciones siempre tendremos ese “muro” lo que nos lleva a un vacío que es aprovechado por industrias, instituciones para no cambiar el statu quo y seguir con una contaminación sin consecuencias.
Es importante que desde nuestra trinchera tomemos con más seriedad el tema de la contaminación, no hay día que la calidad del aire sea salubre, que el calor sea soportable, la ciudad rebosa de sonidos penetrantes entre otras cosas, pero también debemos construir con la ciudad hermana de El Paso medidas de contingencia, planificación ambiental conjunta porque independientemente de la nefasta retórica de dividir con muros arbitrarios.
Juárez y El Paso comparten historia, riqueza, contaminación y destino.
Pablo Pérez Estrada / Analista