Miscelánea

INAH encuentra ofrenda mexica con cientos de restos marinos y un jaguar

Una de las culturas prehispánicas de las que más conocimiento se tiene es sin duda alguna la mexica, no obstante, las exploraciones siguen revelando nuevos detalles sobre esta gran civilización mesoamericana.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), dio a conocer los elementos de una ofrenda mexica al centro del Cuauhxicalco, en el Templo Mayor. Este hallazgo es resultado del Proyecto Templo Mayor (PTM), dirigido por el arqueólogo Leonardo López Luján, quien explora e investiga una serie de ofrendas halladas en línea recta y bajo el piso, en el adoratorio a Huitzilopochtli del Templo Mayor.

De acuerdo con el INAH, el Cuauhxicalco es una plataforma ritual emplazada entre la pirámide principal y el Huei Tzompantli. Por otro lado, la revista especializada Arqueología Mexicana, ahonda que se trata de un edificio en el Templo Mayor que cuenta con un muro circular de 16 m de diámetro, consta de un solo cuerpo y su escalera se encuentra del lado poniente del monumento, siguiendo la forma circular del propio edificio.

El edificio destaca por su decoración con cabezas de serpientes empotradas, dicha revista detalla que construcción de éste fue durante el gobierno de Moctezuma I y como suele suceder con las estructuras mexicas, fue cubierto por un piso en la etapa VI del Templo Mayor, a tan sólo unos años de la Conquista.

Entre lo más llamativo de Cuauhxicalco es que en él se enterraron a ciertos tlatoanis como Axayácatl, Tízoc y Ahuítzotl.

El INAH explica que en realidad la ofrenda 178 del Templo Mayor fue ubicada desde 2018, no obstante, los detalles del interior se dieron a conocer hasta ahora, pues la exploración de estos elementos arqueológicos, que inició en 2019, tomó un proceso complejo de cuidados.

Hasta el momento, se han recuperado en total 19 mil 710 elementos, entre los que pululan restos de animales marinos y un animal sagrado para múltiples culturas mesoamericanas: el jaguar.

El INAH detalla que los restos de animales marinos corresponden a más de 400 frondas de coral y 200 estrellas marinas, los cuales fueron traídos por pueblos conquistados por los mexicas que pagaron su tributo desde regiones como el Golfo de México y los litorales del océano Pacífico.

López Luján explica que el hecho de que estos elementos fueran traídos desde las costas hasta Tenochtitlán es un indicativo del poder que alcanzaron los mexicas en su momento. Incluso se cree que hay fauna del sur de la Península de Baja California.

El arqueólogo Miguel Báez y el especialista Tomás Cruz detallaron cómo dieron con los restos del jaguar. Explican que tras el hallazgo de caja de la ofrenda, tiene una de 1.40 m por 1.10 m, una de las más grandes que han encontrado; excavaron 60 centímetros del nivel superior al actual, dando con el jaguar.

“El ejemplar de jaguar lo encontramos rodeado de una cantidad brutal de conchas, las más pequeñas fueron depositadas por debajo, a manera de cama, y en torno a él caracoles, que sabemos fueron colectados vivos porque preservaron el periostraco (la capa exterior de la concha). Todos los elementos marinos, debieron llegar en ollas con agua de mar para tratar de conservarlos, al igual que mantuvieron vivo al felino, hasta el momento de la magna ceremonia”, explicó Báez.

López Luján incluso asegura que el jaguar hembra fue capturado en la selva y adornado con cascabeles de cobre, se cree que fue mantenido en el vivario de Moctezuma Xocoyotzin antes de ser ofrecido en dicha ofrenda.

Cabe mencionar que este ejemplar se trata de apenas el tercer jaguar que han encontrado en el Templo Mayor, incluso se han encontrado más pumas.

Los especialistas del INAH señalan que además del poderío mexica, notaron otro factor de análisis: la pérdida de biodiversidad con el paso del tiempo.

“Estamos encontrando una muestra de la biodiversidad de hace cinco siglos, la cual, hemos devastado. Los corales que encontramos, especies de gorgonias del género Pacifigorgonia, que actualmente proliferan en Nicaragua, desaparecieron de las costas de México. Lo mismo pasa con el espécimen de jaguar, que debió medir 1.60 metros de nariz a cola, y pesar entre 80 y 100 kilos; o los cuatro ejemplares de pez globo que también hallamos, de 45 centímetros”, explican.

Báez y Cruz explican que la pérdida de esta biodiversidad se puede deber a distintos factores, como la sobreexplotación humana y el cambio climático, no obstante, no lo afirman. Lo que sí aseguran es que “esas especies ya no existen, o no de esas dimensiones”.

“Esta ofrenda, donde observamos la predilección de los mexicas por la organización del espacio y su simbolismo, permaneciera intacta por 500 años, salvándose de ser destruida por la instalación de un colector, en el año 1900”.

Cabe mencionar que el Proyecto del Templo Mayor ha encontrado un total de 221 ofrendas mexicas, tanto en el lado dedicado a Tláloc como en el de Huitzilopochtli, las deidades más importantes del panteón tenochca.

“Son un testimonio elocuente (las ofrendas) de la devoción de un pueblo entero, que creó su propia manera de percibir e incidir sobre un entorno natural y social, distinto al nuestro”. señala López Luján en su libro Al pie del Templo Mayor, el Huei Teocalli,

Finalmente, Leonardo López Luján fue reconocido con el Premio Nacional de Artes y Literatura 2024, en el campo de la Historia, las Ciencias Sociales y la Filosofía.

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (iNBAL), reconocIó “su amplia trayectoria en la investigación mesoamericana, particularmente por sus contribuciones fundamentales al estudio del Templo Mayor”

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