Abuso y maltrato de personas mayores

Me atrevo a pensar que muchas de las dificultades que enfrentamos como sociedad juarense se convierten en problema porque no les prestamos atención en el momento debido.
Observamos o nos damos cuenta de una situación y si no me afecta a mí, o si no afecta a muchos, o si nadie se da cuenta, lo dejamos pasar… “no vayas a donde no te invitan”, “no sufras calenturas ajenas”, “no es tu asunto, no te metas” y muchas frases así, delinean nuestro actuar cuando se trata de poner sobre la mesa y resolver, situaciones incómodas.
El ser humano en solitario tiende a ser así, va al médico hasta que no soporta un dolor; y el ser humano en sociedad también, reacciona hasta que algo se vuelve insostenible. Le sacamos la vuelta a los conflictos siempre que se puede.
Sucede también, muchas veces, que ignoramos no por apatía, sino por desconocimiento, por no tener conciencia de que una situación es un problema, o son situaciones socialmente aceptadas.
Para muestra un botón: discriminar. A veces discriminamos y no sabemos que lo estamos haciendo, aprendimos desde niños que excluir es “normal”, o creemos (y todo el contexto social lo valida) que hay ciertas razones justificadas para discriminar.
Pero ¿qué pasa cuando ignoramos problemáticas sociales en las que deberíamos estar ocupados? Tarde o temprano nos llega la factura, es inevitable.
Todo lo anterior viene al caso porque hoy en día vivimos una problemática que pocos identificamos y reconocemos, y en algunos casos, aun cuando es visible para muchos, no sabemos cómo actuar para atenderla. Estoy hablando del envejecimiento poblacional y el trato digno a las personas mayores.
Somos un país que está envejeciendo. Según datos del Consejo Nacional de Población (2025), hoy en día el 13% de la población en México tiene más de sesenta años; para el año 2030 será el 15% (serán ya más personas mayores que niños y adolescentes de 0 a 14 años) y para 2050, se incrementará a casi el 22% de la población. En el año 2000 la edad mediana era de 22 años, hoy es de 30.5 años y para 2050 se estima que la edad mediana será de 43 años.
¿Qué sucede cuando un país envejece? Las necesidades de la población cambian, por lo tanto, las políticas públicas y las acciones gubernamentales y sociales también deben cambiar.
Y no se trata de voltear a ver el envejecimiento como un elemento negativo o disfuncional en una sociedad, se trata de reconocerlo como un proceso natural que modifica la dinámica individual y colectiva. Y se trata de adaptar lo necesario para que, en conjunto, sigamos funcionando y perteneciendo (todos).
Este sería un primer paso para no ser omisos y atender una realidad que YA existe en nuestro país: reconocer y aceptar, después, tomar acciones.
Una de esas acciones es evitar la violación de los derechos de las personas mayores; párrafos arriba mencionaba que (a veces) creemos que hay razones válidas para discriminar y una de ellas es la edad. La sociedad valida la creencia de que los viejos “dejan de ser”; valida la creencia de que a la par que pierden vigor y capacidad física, pueden “ir perdiendo” derechos; valida la intromisión (no siempre necesaria) de los hijos en su toma de decisiones; valida que se les merme su voluntad; en pocas palabras, valida que poco a poco los vayamos invisibilizando.
Y lo anterior, puede convertirse en una forma de violencia. La más peligrosa, la que no se identifica, no se ve, o bien, una que la sociedad avala por apatía o por ignorancia.
En el año 2011, la Organización de las Naciones Unidas estableció el día 15 de junio como el Día mundial de la toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez. De acuerdo con cifras de este organismo internacional, cada año, 1 de cada 6 personas mayores de sesenta años, vive algún tipo de abuso. Es posible que esta cifra no corresponda a la realidad, pues muchos casos no se denuncian y otros tantos ni siquiera se reconocen como violencia.
En México, la cifra es más alarmante. Estudios sugieren que entre el 8.1% y el 18.6% de personas mayores son víctimas de abuso, y esta última cifra se duplica cuando hablamos de personas mayores con dependencia funcional.
En nuestro país y en el mundo, el objetivo de conmemorar esta fecha es que la sociedad reflexione sobre las consecuencias del abuso y maltrato que se comete contra las personas mayores; prestar más atención a lo que no es evidente: el maltrato psicológico, el abuso económico, patrimonial o la explotación financiera de la que son objeto las personas mayores, así como la negligencia en el cuidado que los hijos o personas cuidadores deben proveerles.
El sábado 14 de junio, en el Centro de Ciudad Juárez se llevó a cabo una caminata para hacer visible esta situación, para poner en la mira de los juarenses el objetivo de esta efeméride e iniciar entre todos pequeñas acciones que mejoren las condiciones de vida de las personas mayores, empezando por la concientización.
Si bien nos va, un día estaremos ahí, por eso es importante no ignorar, no ser omisos o no decir “no es tu asunto, no te metas”.
Zuri Medina / Analista