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Thunder y Pacers buscan su primer campeonato

Inician los 18 días más importantes de la NBA. Las Finales comienzan esta noche en el Paycom Center y Oklahoma City Thunder recibe a Indiana Pacers en una serie por cuatro victorias, con un hipotético Juego 7 como el escenario más emocionante que podríamos vivir.

Unas Finales con un toque inusual en el mejor basquetbol del mundo, ya que se trata de dos mercados pequeños en Estados Unidos  ambas zonas metropolitanas no superan los 2 millones de habitantes – pero habrá historia en la Liga, ya que ambos equipos buscan sus primeros campeonatos en la historia.

Mientras los Pacers regresan a sus primeras Finales tras caer en el 2000 ante Los Angeles Lakers en seis juegos, OKC también vuelve a este gran escenario tras perder en 2012 ante Miami Heat en cinco compromisos; es verdad que la franquicia del Oeste tiene un anillo como Seattle SuperSonics (1979), pero la meta es alcanzar el primer trofeo Larry O’Brien como el Thunder.

Oklahoma City tiene al mejor jugador de la duela para estos partidos. Shai Gilgeous-Alexander quiere coronar su temporada de MVP con un título y, de ser posible, también el reconocimiento como el mejor jugador de estas Finales.

Es un anotador de primer nivel, con un dominio del balón extraordinario que sabe cómo conseguir puntos y jugar al límite para conseguir la falta y aumentar sus volúmenes en el electrónico desde los tiros libres. Pero aunque muchos lo señalan por sus constantes visitas a la línea de los suspiros, lo cierto es que tiene una baraja de recursos más que útil, capaz de moverse y encontrar oportunidades en el contraataque y todo embellecido con un tiro de media distancia que, para muchos, ya estaba desapareciendo de la NBA actual y que hace recordar a Kevin Durant cuando era jugador de OKC.

La diferencia es que SGA espera ser el líder que guíe al Thunder al anillo y aprovechar la plantilla joven que tienen. Jalen Williams es la segunda espada de ataque en Oklahoma City, mientras que la profundidad ha destacado gracias al aporte de Lu Dort, Cason Wallace y Alex Carusso, piezas clave para un gran engranaje y uno de los mejores ataques de la Liga.

En el juego interior, Isaiah Harenstein y Chet Homgren se han combinado como dos torres de doble vía que son efectivas para anotar como en las peleas en la pintura. A sus 40 años, Mark Daigneault se ha convertido en uno de los mejores entrenadores de la NBA y amenaza con aprovechar al máximo la juventud de sus estrellas para que OKC sea el equipo que amenace los próximos años… pero todo dependerá de lo que hagan en estas Finales.

En el otro lado tenemos a Indiana. Un equipo que muchos recordarán en la época dorada de los años 90 por Reggie Miller, precursor del triple antes que Stephen Curry. La estrella es Tyrese Haliburton, un jugador infravalorado al que incluso se le ha calificado injustamente como un jugador sobrevalorado, pese a que los Pacers llevan dos años consecutivos en las Finales de la Conferencia Este y ahora está en el gran show.

​Haliburton es el que organiza el juego, le da mucha rapidez y abarca toda la cancha, con constante presión en ambos lados y con Pascal Siakam como ese veterano que complementa a la perfección a su base y le aporta experiencia en los momentos competitivos, tal y como lo demostró en 2019 como una pieza clave en los Toronto Raptors que derrotaron a los Golden State Warriors en las Finales.

Rick Carlisle vive su segunda etapa como coach de Indiana y su sueño es replicar otro título insólito como el de 2011, cuando Dirk Nowitzki y los Dallas Mavericks se impusieron a Miami Heat y su monstruo de tres cabezas: LeBron James, Dwyane Wade y Chris Bosh. En la NBA todo es posible y los Pacers querrán demostrarlo ante otro equipo repleto de talento.

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