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Chihuahua y la expulsión jesuita: una mirada al conflicto religioso en la época colonial

La la madrugada del 2 de abril de 1767, una orden real sacudió los cimientos del Imperio Español: el rey Carlos III decretó la expulsión de los jesuitas de todos sus dominios, incluyendo América y Filipinas. Más de 6,000 miembros de la Compañía de Jesús fueron desterrados, sus propiedades confiscadas y su legado educativo y espiritual abruptamente interrumpido.

La decisión no fue impulsada por razones religiosas, sino por una compleja red de factores políticos, económicos y sociales.

1. Regalismo y centralización del poder

El regalismo, doctrina que defendía la supremacía del poder real sobre la Iglesia, fue clave. Carlos III buscaba consolidar su autoridad y reducir la influencia de Roma en los asuntos internos. Los jesuitas, con su voto de obediencia absoluta al Papa, representaban un obstáculo para esta política.

2. El Motín de Esquilache: ¿una excusa conveniente?

En 1766, Madrid fue escenario del Motín de Esquilache, una revuelta popular contra las reformas ilustradas que afectaban la vida cotidiana. Aunque las causas reales incluían la escasez de alimentos y el descontento social, el gobierno responsabilizó a los jesuitas de instigar la revuelta. El fiscal Campomanes lideró una pesquisa secreta que concluyó, sin pruebas concluyentes, que la Compañía de Jesús conspiraba contra el Estado.

3. Poder económico y educativo

Los jesuitas poseían vastas propiedades y administraban las instituciones educativas más prestigiosas del imperio. Su influencia en la formación de las élites y su autonomía económica generaban recelo entre las autoridades, que veían en ellos una amenaza al control estatal y una oportunidad para apropiarse de sus bienes.

La expulsión dejó un vacío en la educación y en la vida espiritual de las colonias. En lugares como México, donde los jesuitas tenían una fuerte presencia, la medida provocó protestas y fue vista como un acto de impiedad por parte de la corona . A nivel global, la expulsión española fue parte de una ola de medidas similares en otras monarquías católicas, culminando en la supresión de la Compañía de Jesús por el Papa Clemente XIV en 1773.

Con ello, el importante trabajo evangelizador que realizaban los jesuitas en lugares como la Sierra Tarahumara, en el actual Chihuahua, quedó interrumpido, y misiones como la de Cerocahui quedaron en el abandono.

Aunque fueron expulsados, los jesuitas dejaron una huella imborrable en la historia del Imperio Español. Su compromiso con la educación, la ciencia y la evangelización continúa siendo objeto de estudio y admiración. La expulsión de 1767 no solo marcó el fin de una era, sino que también evidenció las tensiones entre tradición y modernidad en un imperio en transformación.

Jesuitas: Una Historia de los Soldados de Dios: Este libro ofrece una visión completa de la historia de la Compañía de Jesús, desde su fundación hasta su impacto global, destacando su influencia en la educación y la política.
Jesuitas ante el Despotismo Ilustrado: Analiza la relación entre los jesuitas y las políticas ilustradas del siglo XVIII, explorando cómo sus ideales chocaron con las reformas centralizadoras de los monarcas europeos.

Expulsión y Extinción de los Jesuitas (1759-1773): Estudia detalladamente las causas y consecuencias de las expulsiones de los jesuitas en diversos países, incluyendo España, y su posterior supresión por el Papa Clemente XIV

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