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Esto te podria pasar por comer algo con moho

¿Alguna vez has mordido una fruta o un pedazo de pan y después notaste que tenía una manchita peluda o verdosa? No eres la única persona. Aunque muchas veces no pasa de un susto, comer alimentos con moho puede ser riesgoso, especialmente por la presencia de sustancias llamadas micotoxinas.

El moho es un organismo microscópico del reino Fungi, o en palabras simples es un hongo. A diferencia de las bacterias, que son unicelulares, los hongos están formados por muchas células y pueden observarse como filamentos o “hilachas” que invaden profundamente el alimento.

Lo que se ve en la superficie el pelito gris en el jamón, los puntos verdes en el pan o el polvo blanco sobre un queso es solo la parte visible; sus raíces pueden extenderse por todo el producto, incluso donde no lo notas.

Aunque algunos mohos solo provocan reacciones alérgicas o problemas respiratorios, otros producen micotoxinas, sustancias venenosas que pueden causar enfermedades graves si se ingieren en grandes cantidades o de forma repetida. Estas toxinas no siempre alteran el sabor ni el olor de los alimentos, lo que las hace especialmente engañosas.

Las micotoxinas son compuestos tóxicos generados por ciertos tipos de moho. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), alrededor del 25% de las cosechas a nivel mundial están contaminadas por micotoxinas. Estas sustancias se encuentran principalmente en cereales y nueces, pero también pueden aparecer en el apio, las manzanas, las uvas y otros vegetales.

Una de las micotoxinas más peligrosas es la aflatoxina, un compuesto cancerígeno producido por ciertos mohos que afectan cultivos como el maíz y el maní. Las aflatoxinas han sido asociadas con enfermedades graves tanto en humanos como en animales, y son monitoreadas de cerca por autoridades sanitarias como la FDA y el Servicio de Inocuidad e Inspección de los Alimentos Departamento de Agricultura de los Estados Unidos USDA.

Depende del alimento. El USDA recomienda descartar totalmente productos con alto contenido de humedad como pan, frutas suaves, mermeladas, carnes cocidas, embutidos y quesos blandos, ya que el moho puede haber penetrado más allá de lo visible. En cambio, en alimentos duros como ciertos quesos curados o verduras firmes (zanahorias, repollo), se puede cortar una pulgada (2.5 cm) alrededor y debajo del área afectada, teniendo cuidado de no tocar el moho con el cuchillo.

Si te diste cuenta después de comerlo y no tienes síntomas, probablemente no ocurra nada grave. No obstante, si en las siguientes horas presentas vómito, fiebre, dolor abdominal o dificultad para respirar, lo más prudente es consultar a un médico.

Las personas inmunocomprometidas, niños pequeños y adultos mayores pueden ser más susceptibles a los efectos de las toxinas del moho.

El USDA recomienda limpiar regularmente el refrigerador, mantener la humedad ambiental por debajo del 40% y evitar dejar alimentos perecederos fuera del frío por más de dos horas. Además, nunca huelas productos con moho, ya que esto puede causar reacciones respiratorias.

No todos los mohos son peligrosos, pero algunos sí pueden causar daño. Las micotoxinas pueden estar presentes incluso cuando el alimento parece estar “solo un poco” afectado. Por eso, ante la duda, lo más seguro siempre será desechar el producto.

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