Libertad de expresión: Un derecho en peligro
Por Jackie Ojeda
La libertad de expresión es uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia saludable. Sin embargo, en México, este derecho se encuentra en constante amenaza, especialmente para los periodistas, quienes enfrentan un entorno peligroso y hostil en su labor de informar al público. La persecución, intimidación y violencia son algunos de los riesgos que corren diariamente, y las cifras relacionadas con estos peligros son alarmantes.
México es considerado uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Según el informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF), México ocupa el puesto 127 de 180 países en el Índice Mundial de Libertad de Prensa 2023. Este bajo ranking refleja la gravedad de la situación que enfrentan los periodistas en el país.
Los periodistas mexicanos no solo enfrentan amenazas de actores criminales, como los cárteles de la droga, sino también de actores estatales. La intimidación y la persecución por parte del gobierno son una realidad preocupante. Diversos informes y testimonios han revelado casos en los que periodistas han sido acosados, espiados y amenazados por su labor investigativa, especialmente cuando sus investigaciones involucran a funcionarios públicos y temas de corrupción.
Las cifras sobre la violencia contra periodistas en México son estremecedoras. De acuerdo con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), desde el año 2000 hasta 2023, más de 150 periodistas han sido asesinados en México. Tan solo en 2022, 17 periodistas fueron asesinados, convirtiendo a ese año en uno de los más mortales para la prensa en el país.
El informe de Artículo 19, una organización internacional que defiende la libertad de expresión, documentó 692 agresiones contra periodistas en 2022, lo que representa un aumento significativo en comparación con años anteriores. Entre estas agresiones se incluyen amenazas, intimidaciones, ataques físicos y digitales, y detenciones arbitrarias.
Uno de los factores que contribuyen a la perpetuación de la violencia contra periodistas en México es la impunidad. Según datos de la organización de derechos humanos Freedom House, el 99% de los crímenes contra periodistas en México quedan impunes. Esta falta de justicia no solo perpetúa la violencia, sino que también desalienta a otros periodistas de investigar y reportar sobre temas sensibles.
Además de la violencia física, los periodistas en México también enfrentan desafíos en el ámbito digital. El espionaje gubernamental ha vulnerado la privacidad y seguridad de numerosos reporteros, exacerbando un clima de temor y autocensura. Este tipo de vigilancia, combinada con campañas de desprestigio y acoso en redes sociales, crea un ambiente asfixiante que limita seriamente la capacidad de los periodistas para desempeñar su labor. La censura indirecta, a través de la presión económica y la retirada de publicidad oficial a medios críticos, es otra táctica utilizada para silenciar voces independientes. La lucha por la libertad de expresión en México no solo implica enfrentar la violencia física, sino también combatir estas formas sutiles, pero igualmente peligrosas de represión.
La libertad de expresión en México, particularmente para los periodistas, enfrenta desafíos significativos. La violencia, la persecución y la impunidad crean un entorno en el que el ejercicio del periodismo se convierte en una actividad de alto riesgo. Es imperativo que el gobierno mexicano, junto con la comunidad internacional, tome medidas concretas para proteger a los periodistas y garantizar que puedan realizar su labor sin temor a represalias. La libertad de prensa no solo es un derecho fundamental, sino también un componente esencial para la democracia y el Estado de Derecho en México.
La sociedad mexicana debe exigir la protección de sus periodistas, pues sin ellos, la verdad y la justicia se ven gravemente comprometidas.
FUENTE: El Diario de Chihuahua