Juárez

Secuestradores, con más saña pero improvisados

Ciudad Juárez.- En la “época de la violencia” en Ciudad Juárez durante la llamada guerra contra el narco, criminales como “El Neto” (Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz) se especializaron en el secuestro de empresarios. Sabían cómo y a quién vigilar, cuándo y dónde capturarlos, y los castigos corporales a las víctimas que más terror infundían en la víctima y más dinero les hacía ganar a ellos.

De 2023 a la fecha, los secuestros en Juárez volvieron al ojo público, pero ahora no había organización, un modo de operación fijo, víctimas en particular que debieran temer por su vida. Sólo se repitió un factor: la brutalidad de los secuestros.

“Le dieron un tiro en la pantorrilla izquierda y lo arrastraron por el pasillo hasta el patio del frente. (…) Lo llevaron a aquella casa al suroriente, donde lo tenían desangrándose. Lo golpearon a puños, a patadas, le presionaban la herida de bala para hacerlo torcer de dolor y desesperación. ‘No sabía qué iba a pasar conmigo’, dijo (la víctima) en su declaración”. Este es un extracto de una nota publicada el 29 de abril de 2025 en esta casa editora, en la que se informó sobre el secuestro a un restaurantero, cuyos plagiarios fueron detenidos y llevados ante la autoridad.

“Amenazas de cortarles dedos, cañones de pistolas en la boca, pérdidas de conciencia por ahorcamiento, ‘tehuacanazos’ y demás torturas vivieron las cinco víctimas de secuestro de cuatro hombres que dijeron pertenecer al Cártel de Sinaloa Cuarta Generación”, se escribió de otro caso que llegó a audiencia judicial el 19 de abril, caso en el que dos estadounidenses y dos connacionales mexicanos estuvieron en cautiverio.

‘Prueba y error’

En los secuestros que surgieron desde 2023, con un flujo migrante al alza y luego a la baja (y con esto la evolución a secuestrar ciudadanos locales), no existe claridad en cómo se dan los secuestros, dijo Guillermo Asiain, de la Mesa de Seguridad y Justicia.

“Ahora los montos van de lo frío a lo caliente. Se nota que hay como una ‘prueba y error’, con la claridad de no meterse con el empresariado de las empresas más visibles, porque ya se ha demostrado, que se pagó una consecuencia muy cara y más alta”.

De 2023 a mayo de 2025 se registraron 328 víctimas, entre migrantes y locales, rescatadas y que lograron escapar, por las que se detuvo a 212 personas, en casos que siguen su curso en los juzgados.

En ese primer año el salto fue notorio: Juárez empezó a figurar como el municipio con más víctimas por secuestro, por encima de municipios del centro del país, en lugares como el Estado de México. Hubo 160 víctimas, de las que 116 fueron liberadas por rescate, 26 más por negociación, 10 que lograron escapar, pero también víctimas identificadas por haber dejado su proceso sin denuncia por cortar comunicación con la Fiscalía (cinco de esas víctimas), y dos más que no fueron localizadas, además de una persona muerta.

En 2024, la ya alta cifra de víctimas aumentó a 181, de las que 147 fueron liberadas por rescate, 24 por negociación y siete por escape, aunque dos fueron asesinadas y una murió por causa natural, de acuerdo con datos de la Fiscalía Especializada en Operaciones Estratégicas (FEOE).

En cinco meses de 2025, la representación social conoció de 87 víctimas, de las que 72 fueron liberadas por rescate, siete por negociación y cinco por escape, pero de las que no se logró la liberación de una y de las que dos fueron asesinados brutalmente.

Una de estas víctimas de 2025 fue E. O. S., un hombre de mediana edad dedicado a la venta de artículos por Internet y a la operación en maquiladora, quien fue hallado la mañana del 8 de mayo de 2025 en el fraccionamiento Médanos, con la piel de la mandíbula desprendida, más huellas de golpes en el cuerpo, y envuelto en una cobija azul sujetada con alambre y otra cobija en la cabeza.

El 12 de mayo se dio el rescate de un ciudadano juarense, a quien cuatro adultos y dos adolescentes tenían en cautiverio desde el día anterior, junto a su amigo, a quien no volvió a ver, pero de quien sospecha que fue asesinado y su cuerpo ocultado.

Durante su audiencia, el hombre relató que en la casa 1434 de la Ramón Rayón, en la colonia Manuel Valdés, una mujer los recibió para darles un paquete de drogas que iban a mover de un punto de la ciudad a otro, pero se hallaron con sus plagiarios. En un momento, se llevaron a su amigo, que jamás volvió. Supuso entonces que fue asesinado, pues empezaron a limpiar el lugar al que se lo habían llevado y escuchó decir a una de las adolescentes captoras que ya “habían tirado el paquete en la alcantarilla”.

La adolescente era “la más sanguinaria, la que torturaba. Ella quería usar una resistencia (una máquina eléctrica), y hasta se compró guantes de látex”, dijo el sobreviviente.

Forman parte adolescentes

Decir que adolescentes forman parte de estos grupos criminales se ha vuelto también más recurrente. En 2025, de acuerdo con Carlos Manuel Salas, fiscal de Distrito Zona Norte, se ha conseguido abrir investigaciones formales a 11 adolescentes por secuestro.

Es una cifra alta, pero nada que celebrar. “Es lamentable que cada día participen más menores en esto, que participen más mujeres menores de edad. Son unas niñas que ya están participando”, apuntó Salas.

“Es una cuestión de educación, religión, familia, principios, valores, atención médica. Hay que estar muy pendientes de nuestros niños y jóvenes porque cada día crece más la incidencia de ellos en estos delitos”, advirtió el funcionario.

Se ha vuelto más redituable para los grupos criminales el utilizar a adolescentes como carne de cañón para sus empresas, coincidió la Mesa de Seguridad y Justicia de Ciudad Juárez.

Asiain precisó que estos grupos criminales “utilizan a los adolescentes o jóvenes para que sean los que paguen el precio por los delitos graves. Definitivamente un joven que se involucra ni se da cuenta de las penas que puede tener, y sería ingenuo pensar que el crimen organizado no tiene claro que es mejor que un adolescente pase unos cuantos años en prisión subsidiado por el crimen, que alguien que va a pasar 40 años en la cárcel. El objetivo central debe de ser penas más altas para aquellos que utilicen a niñas, niños y adolescentes (NNA)”.

Y para combatir esa manipulación de NNA, la Mesa trabaja en una iniciativa para triplicar las penas para adultos que cometan delitos graves en compañía de adolescentes. Ángela Sánchez Miramontes, también de la Mesa, adelantó que trabajan con personas juzgadoras y magistradas para modificar la legislación, pues “nos hemos encontrado en una situación de no poder subir las penalidades de los adolescentes, pero sí cuando un adulto comete delitos en compañía de un adolescente, se le pueda triplicar la pena”.

Penas de cárcel

Aun sin esas modificaciones, la normatividad actual ha permitido sentencias de hasta 550 años de prisión, de 150 y de 90. La FEOE afirmó que más del 90 por ciento de los casos que llegan a sentencia condenatoria derivan en penas de cárcel de más de 50 años.

Sobre detenciones y procesos judiciales, la misma Fiscalía Especializada dio a conocer que en 2023 se detuvo a 66 personas, de las que 46 fueron vinculadas a proceso. Además, se pidieron a jueces de Control 15 órdenes de aprehensión para 28 personas, de las que se ejecutaron 10, para detener a 13.

En 2024 fueron 85 las personas detenidas, y se consiguió vincular a proceso a 77; así como fueron liberadas 23 órdenes de aprehensión para 32 sujetos, de los que fueron arrestados 18 por la ejecución de 14 mandatos judiciales.

Al 25 de junio de 2025, la cifra del año pasado está por ser alcanzada, pues se ha detenido a 69, de los que 61 han recibido un auto de vinculación a proceso, y de las 15 órdenes solicitadas y aprobadas por juzgadores de garantía para lograr llevar ante la justicia a 25 personas, se ha conseguido la aprehensión de 24 por el cumplimiento de 14 mandatos.

En 2023 se consiguieron 10 sentencias condenatorias, que llevaron a la cárcel a 17 personas; en 2024 la cifra fue de 11 sentencias para 19 personas, y en 2025 se han dado ocho condenas contra 15 personas.

Algunas de las sentencias de junio de 2025 incluyen la de Juan Manuel R. I., alias “El Papi”, que fue condenado mientras que su coimputado Saulo D. G. fue absuelto en un juicio por hechos de mayo de 2023.

Ambos se desempeñaron como policías municipales, lo que fue una agravante del delito, pero sólo se consiguió la identificación de Juan Manuel como quien recibió a las víctimas en la primera casa de seguridad para llevarlas a la segunda vivienda, además de ser quien con armas de fuego y un arma blanca las coaccionó para pedirles números telefónicos de sus familias para solicitar el dinero del rescate: 15 mil dólares por persona.

Entre las demás personas sentenciadas están Érika Janet T. A. y Francisco Manuel T. S. (50 años de sentencia en juicio oral), Jesús Antonio M. M. (rapero “Fat Flow”) y Omar M. P. (33 años y cuatro meses, en procedimiento abreviado), y Eduardo Javier M. H., Brayan Alejandro E. H. y Kevin R. D. (50 años en juicio oral).

Aún hay procesos penales en curso, de aquellos que fueron detenidos luego de que sus víctimas, locales o migrantes, se escaparon o fueron rescatadas por autoridades que aseguraron de manera oficial haber escuchado gritos de auxilio o situaciones de riesgo como posesión de armas en los captores, por lo que intervienen viviendas donde se pone a salvo a las víctimas.

Los migrantes, de acuerdo con lo observado en audiencias, mantienen un relato similar: pagan al crimen organizado para tráfico de personas, con ellos como mercancía, y como tal, los criminales optan por ignorar esos pagos y buscan más dinero, ahora a través de la privación de la libertad y la exigencia de pago por parte de sus familiares en Latinoamérica o Estados Unidos para su liberación.

El secuestro de locales es distinto. El Diario ha documentado el delito contra quienes citan para comprarles alguna mercancía de venta en línea, contra quienes caen ante mujeres que conocen en Internet y buscan conocerlas en persona; contra quienes son invitados a fiestas; quienes son acechados en sus lugares de trabajo, y contra quienes son citados para “mover” grandes cantidades de dinero o de droga, pero terminan culpados de “contras”, de enemigos de sus secuestradores.

Varios motivos

No hay, pues, sólo un motivo o un tipo de objetivo. No como en la época de violencia de esta ciudad, valoró la Mesa de Seguridad y Justicia.

“Es más una ‘prueba y error’ a ver con cuál se da la oportunidad, que yo creo que no se va a dar en la ciudad. El tema de secuestro ya lo experimentamos, ya lo vivimos, ya pagamos un precio muy caro, y creo que la comunidad no está dispuesta a aceptar ese delito de manera frecuente y constante. No nomás en Juárez. En Morelia, en Michoacán, las comunidades no aceptan vivir con secuestro. En Ciudad de México fue migrando del secuestro al secuestro exprés, y demás, pero el secuestro como tal yo espero que no (avance), que no lo encontremos y no veo cómo, ni cómo autoridades vamos a permitir que eso pase otra vez”, afirmó Asiain.

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