Miscelánea

El desierto de Chihuahua era el paraíso para los dinosaurios hace 70 millones de años

El territorio que actualmente ocupa el estado de Chihuahua fue, hace millones de años, un hogar fértil para distintas especies de dinosaurios.

Gracias al trabajo de diversos paleontólogos y estudios geológicos, sabemos que este vasto estado del norte de México guarda secretos fósiles que datan de más de 70 millones de años.

De acuerdo con un artículo del paleontólogo Rubén A. Rodríguez-de la Rosa, en la región de Chihuahua se han encontrado restos del periodo Cretácico Tardío, particularmente en el noreste del estado.

Estos hallazgos se ubican dentro de la llamada Formación Aguja, una secuencia de rocas sedimentarias que también se extiende por Coahuila y parte del suroeste de Texas.

La importancia de esta formación radica en que ha producido fósiles de vertebrados, entre ellos varios dinosaurios. Aunque aún se requiere un estudio más profundo, la presencia de estos restos confirma que Chihuahua formó parte de un ecosistema compartido por especies similares a las halladas en otras partes del norte de México y el sur de Estados Unidos.

Los registros paleontológicos sugieren que entre los dinosaurios que habitaron la región podrían haber estado hadrosaurios (los famosos “dinosaurios pico de pato”) como los fósiles que se han encontrado en Aldama, así como ceratópsidos (dinosaurios con cuernos y gola ósea, como el Triceratops) este último en la región de Ojinaga.

Estas especies suelen encontrarse en depósitos del Cretácico Superior, lo cual coincide con las características geológicas de Chihuahua.

Rodríguez-de la Rosa señala que, si bien los estudios específicos sobre esta región son escasos, los materiales encontrados permiten suponer que “las faunas del noreste de Chihuahua probablemente fueron similares a las de Coahuila y Texas”, donde se han descubierto ejemplares de kritosaurios, lambeosaurinos y tiranosaurios.

Actualmente, la riqueza fósil de Chihuahua está en proceso de ser plenamente documentada. Los trabajos realizados hasta ahora abren la puerta a nuevas investigaciones que podrían colocar al estado como un punto clave en la paleontología mexicana.

Además, este tipo de descubrimientos enriquecen la ciencia, y también ofrecen una oportunidad para promover el turismo educativo y cultural, impulsando museos locales y centros de interpretación del patrimonio geológico, como los que existen en Delicias y en Chihuahua capital, o los yacimientos paleontológicos que se encuentran en el municipio de Aldama.

Lo que hoy es un territorio árido, alguna vez fue parte de un entorno fértil que albergó criaturas colosales. Las capas de roca de Chihuahua son como páginas de un libro antiguo que comienza a ser descifrado por expertos apasionados. Con cada hueso, huella o diente recuperado, se reconstruye poco a poco la historia de los dinosaurios que caminaron por el norte de México.

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