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Revelan código mente-cuerpo para la salud emocional

CDMX.- Nuestras creencias culturales y personales pueden limitar nuestro bienestar y longevidad, asegura el doctor en psicología Mario Martínez. La buena noticia es que podemos reescribir los guiones que nos impusieron nuestros padres, maestros y otras figuras de autoridad.

Martínez es un investigador en el campo de la psiconeuroinmunología y, en su libro El Código Mente-Cuerpo (Grijalbo), presenta un enfoque innovador, la biocognición, que integra conocimientos de la psicología, la neurociencia y la antropología para explicar cómo los pensamientos y sentimientos pueden influir en el sistema inmunológico y en la salud física y mental.

Su propuesta se centra en el estudio de las causas de la salud, en contraposición a la gerontología tradicional que se enfoca en las enfermedades del envejecimiento.
“Mi formación es en neuropsicología, que es una combinación entre neurología y psicología. Estudia las enfermedades del cerebro, cómo afecta la parte psicológica, cómo la parte psicológica afecta al cerebro, pero la mayoría de los estudios son cuando el cerebro no está funcionando bien, cuando hay una enfermedad en el cerebro, pero estudian muy poco las causas de la salud del cerebro”, explica Martínez en entrevista.
A través de estudios de caso y ejemplos prácticos, el autor muestra en el libro cómo podemos cambiar nuestras creencias negativas y adoptar patrones de pensamiento más saludables para mejorar nuestra calidad de vida.

“El código cuerpo-mente implica que la mente y el cuerpo se comunican, pero no se comunican en un vacío, sino en un contexto cultural y eso causa biología. El código mente-cuerpo explica que no es un proceso intelectual. Uno no puede decir: estoy deprimido ahora, pero como el día está tan lindo ya no voy a estar triste. El código no funciona así. A veces se necesitan medicamentos, a veces no, pero ese es el código que enseño”, afirma el especialista.
Martínez cita ejemplos de cómo la cultura influye en nuestra salud y bienestar mental.

“En Uruguay y Argentina, cuando tienen menopausia le llaman el bochorno. El bochorno causa inflamación. El bochorno libera moléculas de inflamación. Entonces, las mujeres en estos países tienen más depresión, más baja autoestima, es algo cultural. En Japón, que le llaman konenki, segunda primavera, no tienen esos síntomas”, explica.
Su mentor, el psiquiatra estadounidense George Solomon, pionero en la psiconeuroinmunología, en la Universidad de Los Angeles en California, influyó en su enfoque de la biocognición, llevándolo a estudiar cómo los pensamientos y las emociones impactan en los sistemas inmunológico, neurológico y endocrinológico.

En su libro, Martínez ofrece prácticas y técnicas para asimilar los conceptos presentados en cada capítulo.
“Por ejemplo, uno de los capítulos es cómo perdonar. Hay prácticas y técnicas para perdonar, porque perdonar no es un proceso intelectual, sino sería fácil decir: como soy una persona buena, voy a perdonar”, comenta.
Destaca la importancia del “intérprete”, la parte de nuestro ser que da sentido a las experiencias y moldea nuestra biología. Este intérprete es influenciado por “editores culturales”, que son los padres, maestros, médicos y líderes religiosos, quienes transmiten creencias y valores que pueden impactar en nuestra salud y bienestar. “Tienen un poder muy grande y esas personas van creándote un guion de lo que tu eres”, indica.
Para cambiar nuestros paradigmas y programaciones culturales, Martínez propone identificar las enseñanzas de nuestros editores culturales y reconocer cómo estos pueden estar saboteando nuestro bienestar. Una vez identificados estos patrones, podemos desafiarlos buscando evidencias, en nuestras propias experiencias de éxito, y corporizándolas, es decir, sintiendo a nivel físico y emocional esas memorias positivas.

“Una vez identificado el código, ¿cómo lo cambiamos? El cerebro funciona con evidencias, no funciona con intelecto. Ahora vamos a suponer que te dijeron: triunfa, pero tus padres fueron un fracaso, o sea aprendiste el guion del fracaso, entonces creas una percepción selectiva que el cerebro trata de confirmar”, afirma.
“El cambio mente-cuerpo es que tú digas: voy a desafiar los guiones que me impusieron. Busca mentalmente dónde has sido exitoso, que va en contra de los códigos aprendidos. Te relajas y lo buscas en los archivos de la memoria y no sólo lo traes a la mente, lo corporizas, lo personificas, sientes cómo se siente esa memoria de haber triunfado. Y por la próxima semana buscas evidencia de que eres exitoso, ahí es donde cambia el paradigma. Ese es el código mente-cuerpo”, detalla.
El secreto de la longevidad

Martínez también ha investigado a centenarios, personas mayores de 100 años. Encontró que la genética juega un papel limitado en la longevidad, representando solo el 20 por ciento. El 80 por ciento restante está influenciado sobre todo por su interpretación del mundo, aunque también hay factores como la alimentación, la actividad física y cuestiones ambientales.

Las personas centenarias, de acuerdo con las investigaciones de Martínez en las “zonas azules” sitios en el mundo en el que abundan las personas mayores de 100 años, son expertas en romper con los paradigmas culturales limitantes, permitiéndose vivir de acuerdo a sus propios valores.
La gratitud emerge en estos sitios como una emoción clave en su longevidad, ya que desencadena la liberación de oxitocina y endorfinas, hormonas con propiedades antiinflamatorias y antiestrés.
“Hemos entrevistado a dos centenarias mexicanas, de 106 años. Las dos son exactamente como los centenarios de todas las partes del mundo: positivos, no le tienen miedo a la muerte, entusiasmados por la vida. Su emoción número uno es la gratitud, la gratitud dispara oxitocina, endorfinas, que son antiinflamatorias y antiestrés, por eso es que yo creo que viven tanto tiempo”, comenta.
Otras de las emociones que encontraron en estas personas son la generosidad, el perdón y el amor propio.

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